lunes, 30 de marzo de 2009


"EL PROCESO TEMPLARIO
EN LA PENÍNSULA IBÉRICA"
A principios de 1310, la Inquisición bajo el amparo de los obispos correspondientes montó el proceso contra los Templarios en Lérida, de los interrogatorios que allí se realizaron y las declaraciones obtenidas, como en los Reinos de Mallorca y de sus dependencias de Montpellier y Perpignan, nada se pudo probar contra la Orden del Temple. Y así lo indica la sentencia del Concilio de Tarragona del 4 de noviembre de 1312, donde se declara inocentes de toda acusación a todos los Templarios de la Corona de Aragón, poniéndolos en libertad y ordenando su manutención con las rentas de las perdidas posesiones de la Orden.
Consta documentación de la relación de las pensiones pagadas por la castellanía y el priorato que corresponden a 1319, estas oscilan entre los 8000 sueldos barceloneses anuales y los 500 sueldos la pensión más baja, con un total de 134,650 sueldos anuales. Para hacerse una idea de aproximación al nivel de vida que estas pensiones permitían a los Templarios, sirva reseñar que aquellos que los custodiaban cuando se encontraban prisioneros cobraban diez dineros diarios, osea, 3650 anuales, lo que equivalía a 304 sueldos anuales.
Casi calcado fue el resultado obtenidode los procesos que se abrieron en los reinos de Castilla y Portugal, cuya regencia ostentaban D. Fernando IV El Emplazado y D. Dionis respectivamente. La cauasa Templaria se realizó conjuntamente entre los dos reinos en el Concilio Regional que se llevó a cabo en Salamanca en el año 1310. El Concilio de Salamanca absolvió a los Templarios y se les puso en libertad. Por lo que, toda la estrategia esgrimida por Felipe IV fracasó estrepitosamente en la Península Ibérica, dejando asi también al Papa Clemente V en una posición bastante dificil y comprometida ante el Concilio de Vienne.
En el Reino de Aragón el rey Jaime II, que en un principio se posicionó al lado de los Templarios, a finales de noviembre de 1307 cambió repentinamente de opinión y se postuló con la posición del monarca francés, ordenando la detención de los Templarios y la incautación de sus bienes, entre los caballeros detenidos se encontraba elMaestre de Aragón Emenen de Lenda, a quien Jaime II poco antes había dado palabra de protección al Temple. No cabe duda que esta postura se debía a un interés politico y económico, el rey, aunque simpatizante del Temple no era tonto y sabía que era la oportunidad de quitarles de un solo plumazo tan alto poder a los Templarios sin llegar a atentar contra ellos y reubicarlos en una nueva orden, (la de Montesa), que estuviese bajo su control, con lo cual se aseguraba una parte de los bienes del Temple y un ejercito al servicio de la Corona.
El castillo de Peñiscola se entregó sin batalla, no así el de Miravet o el de Monzón donde el asedio duró varios meses, el de Miravet no cedió hasta finales de 1398 y el de Monzón en mayo de 1309, que cayó debido a una traición. La cuestión es que algunos de los castillos, fortalezas y propiedades de la Orden del Temple en Aragón, Valencia y Cataluña fueron regentados por ex-Templarios despues de prestar juramento especial de fidelidad al rey.
No obstante el tema de los Templarios no que daría resuelto hasta despues de la muerte de Clemente V en 1314.
Autor: Federico Leiva.

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